La localidad leonesa acoge los días 9 y 10 de marzo la feria del gallo de pluma y mosca artificial. La organización animará la muestra con un concurso de montaje dirigido a adultos y niños.

Desde que se inició esta feria del gallo de pluma y la mosca artificial a lo largo de los últimos 17 años, los pescadores tienen una cita imprescindible en La Vecilla. La organización escoge las fechas del 9 y 10 de marzo para que los aficionados puedan tener sus imitaciones bien dispuestas para la apertura de la temporada el primer domingo de abril. En el amplio polideportivo de la capital del Curueño se disponen los variados estands que ofrecen, además de la apreciada pluma para el montaje, toda clase de productos gastronómicos y artesanos de la comarca. También se exponen materiales y equipos para la pesca de la trucha. El Ayuntamiento, por su parte, además de ceder el polideportivo y promocionar el evento, habilita un vasto aparcamiento gratuito próximo al polideportivo. Lo cierto es que, haga el tiempo que haga, la presencia de aficionados suele ser masiva a lo largo de los dos días que dura la muestra.

Uno de los alicientes que más llama la atención a los asistentes es la «pela» del gallo de pluma que realiza cada dos horas Tomás Gil, empresario, productor y montador, además de un gran especialista en la pesca con mosca a la leonesa. La forma de quitar la pluma y adobar al gallo para que no sufra y regenere su plumaje, es seguida con gran interés. Al mismo tiempo se van dando explicaciones de las virtudes y características de los «pardos e indios» en sus diferentes variedades.

Para la edición de este año se ha previsto un concurso de montaje de moscas en dos categorías: niños y adultos. Los premios son atractivos: 300 euros para el primero, 200 para el segundo y 100 para el tercero. No se limita el modelo de mosca, (ahogadas, secas o ninfas) pero si se pone una condición lógica en esta feria, que la pluma utilizada para las imitaciones pertenezca a gallos leoneses.

A lo largo del valle del río Curueño se asientan, además de La Vecilla, pequeñas localidades donde todavía se cría y explota el gallo de pluma. La Cándana,

Aviados o Campohermoso conservan pequeñas explotaciones donde los gallos y gallinas se crían en semilibertad produciendo una pluma con unas características de brillo y textura que la hacen única. Fuera de la zona y tras la primera pela, las aves degeneran y la pluma pierde estas características, todo un misterio que al día de hoy nadie ha podido explicar a pesar de los variados intentos.

Los productores, cada vez menos, se quejan de la falta de apoyo de la administración hacia estas razas genuinas que pueden llegar a desaparecer si no se toman las medidas adecuadas.